lunes, 31 de octubre de 2011

Honor a quien honor merece.


Sigo diciendo que los héroes nacen en octubre. O acaso alguien me va a negar que el héroe de la serie mundial se llama David Fresse; y es que, literalmente fue el que enfrió a los Rangers. Pero recordemos que pasó con los Cardenales:

El primero de septiembre, el standing por el comodín de la liga nacional, era encabezado por los Bravos de Atlanta, le seguía San Louis a 8 juegos. Para el día 20 los Cardenales había recortado la ventaja a 5 juegos, y para el 28, la última jornada de partidos, los emplumados calificaron a la postemporada, al vencer a los Astros de Houston, por pizarra de 8 carreras contra 0.

Para el primer playoff; todos daban por favoritos a los Phillies y más aún después de que en el primer juego, Philadelphia los apaleó 11 por 6; pero los comandados por Tony Larussa, supieron salir avantes y ganaron la serie 3 juegos a 2. Y callar muchas bocas, aunque algunos somos muy necios y pensamos que en el siguiente playoff los echarían.

En la serie de campeonato, los petirojos, vencieron a los Cerveceros de Milwakee, en 6 juegos, el porcentaje de bateo colectivo fue de .310, es decir, pegaron 67 hits en 216 turnos, anotaron 43 carreras, pero hay que recordar que los batazos a la hora cero (esos que llevan carreras al plato en momentos importantes), son los que cuentan. El pitcheo, no fue de lo mejor, aunque si efectivo; su porcentaje colectivo de carreras limpias fue de 4.25; en 53 ininings, permitieron 26 carreras, a la defensiva tuvieron 2 errores mientras que los Cerveceroz tuvieron 10.

En la serie mundial, las aves rojas, se impusieron en siete juegos a los Rangers, finalizaron con un porcentaje colectivo de bateo de .243, es decir que en 230 turnos legales, conectaron 56 ocasiones de hit y anotaron 38 carrera. Por lo que respecta al pitcheo, los brazos de Chris Carpenter, Jaime García, fueron factor, ya que terminaron con 2.98 y 1.18 de PCL, respectivamente; esto aunado a los buenos relevos del mexicano Fernando Salas, Marc Rzepczynski, Octavio Dotel y Jason Motte. Pero creo que la clave de la serie mundial, fue ese épico sexto juego. En dos ocasiones, los texanos estuvieron a tan solo un strike de lograr el campeonato, pero los emplumados lograron conectar el hit a la hora cero y mantuvieron el juego vivo, hasta que David Freese conectó cuadrangular por todo el prado central, para forzar a un séptimo juego.

Estamos hablando que de los de 18 juegos de playoffs, los Cards, solo perdieron solo 7 juegos y ganaron 11, el line up fue movido, de acuerdo al contrario, hubo jugadores que al bajarlos en el orden al bat, despertaron y fueron factor para San Louis lograra el gallardete. Otra cuestión es que el pitcheo siempre fue constante, los abridores dieron más de cinco entradas, por ende el bullpen no trabajó de más.

Y merecidamente David Freese fue el jugador más valioso, después de batear basura en el playoff, despertó para la serie de campeonato, bateando .545 y en en la serie mundial bateo para .348, fue el hombre que empató el sexto juego con triple en la novena entrada y conectó el cuadrangular para ganarlo en el onceavo episodio. Sinceramente el jugador más valioso.

Ya lo dijo Yogui Berra: “¡¿Pensar?! ¡¿Cómo diablos se puede pensar y batear al mismo tiempo?!” hasta la próxima.

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