En esta semana
pasada, se enfrentaron las novenas de la zona norte contra las de la zona sur y
hubo tres series que llamaron mucho mi atención: Primero, fue la serie de los
líderes de zona Sultanes de Monterrey, quienes visitaron a los Rojos del Águila
de Veracruz. Por otro lado, los Petroleros de Minatitlán recibieron a los
Vaqueros de Laguna; y en el fin de semana, la famosa guerra civil, los Tigres
de Quintana Roo viajaron al Foro Sol para enfrentar a los Diablos Rojos del
México.
La serie de
los líderes fue muy cardíaca, juegos de poco carreraje y mucho pitcheo,
realmente los dos equipos son unos trabucos. Los Sultanes, como lo escribí en
la columna pasada, tiene un lineup contra el que no te puedes equivocar, ya que
cualquiera de ellos te la ponen detrás de la barda, pero el Águila no se queda
atrás y es que Orlando Merced ha manejado excelentemente a sus jugadores, no
por nada son los líderes de la zona sur con récord de once victorias y tres
derrotas. En el primer juego, Veracruz le quitó lo invicto a Monterrey al
vencerlos por pizarra de dos carreras a una. En el segundo encuentro, Veracruz
volvió a llevarse la victoria cinco carreras a cuatro. Para el último partido,
Monterrey pudo rescatar uno, ganando cuatro carreras a dos. El pitcheo y la
defensiva de ambas novenas fue lo que lució en toda la serie y desde ahora lo
digo, estas dos novenas son serios contendientes a jugar la serie de campeonato
de este año.
Por lo que
respecta a la serie entre Laguna y Minatitlán, pude observar que Vaqueros no
tiene nada qué pelear en esta temporada y Petroleros se vio muy bien al ganar
los tres encuentros. Parece que Frank Díaz empieza a batear y si despierta, ayudará
mucho a Carlos Rivera, Christian Zazueta y Rubén Agramón, quienes hasta el día
de hoy han cargado con toda la ofensiva petrolera. También en esta serie, el
novato del año 2011 de la LMB, estuvo a punto de tirar un juego sin hit ni
carrera en el tercero de la serie, se quedó a tan sólo cuatro outs de lograr la
hazaña, ya que en la octava entrada Diego Madero conectó un doblete al jardín
izquierdo. Lo que sí me queda muy claro es que, cuando dejas que los peloteros
jueguen libres, sin presionarlos o estarles gritando por cualquier cosa, te
pueden responder muy bien.
Por lo que
respecta a la guerra civil, fue una serie llena de batazos, las ofensivas se
destaparon y el pitcheo brilló por su ausencia. En total, en la serie se
anotaron 66 carreras entre los dos equipos y se batearon 92 imparables; sinceramente,
pareció práctica de bateo más que otra cosa. En el primer encuentro, el abridor
de los Pingos, Arturo López, sólo pudo aguantar tres entradas y un tercio. En
el segundo de la serie, los abridores de ambos equipos tan sólo llegaron al
segundo inning cuando fueron sacados a palos. Para el tercer encuentro, Oswaldo
Martínez tiró solo cuatro outs y fuera, aparte de que se vaciaron las bancas
cuando el venezolano Willie Romero, que ya desde hace varias temporadas no es
nada querido por los Diablos, recibió un pelotazo del pitcher Federico
Castañeda.
Para esta
semana siguen los encuentros interzonas, y las series que más llaman la
atención son: Olmecas visitando a Sultanes, Monclova recibiendo a Veracruz y
Saltillo contra Quintana Roo.
Ya lo dijo
Yogui Berra: “¿Pensar? ¿Cómo diablos se puede pensar y batear al mismo tiempo?”
hasta la próxima.
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